Queridos hermanos,
MARÍA es la "Mujer fuerte" por excelencia!!
Su dolor máximo fue la muerte de su Hijo y supo permanecer al pie de la Cruz, hasta el final.
El dolor es un misterio, pero paradójicamente el dolor fortalece el ánima, la hace resiliente.
Son muchos los dolores agobiantes de nuestra sociedad actual, una guerra nos invade,
vemos a diario y a todas las horas del día, morir a gente de todas las edades,
también gracias a los distintos medios de comunicación, verificamos una vez más los horrores de la guerra :
asesinatos, torturas, violaciones...que resulta inverosímil el nivel de desarrollo CIENTÍFICO alcanzado por el ser humano, pero que es utilizado para su autodestrucción, realmente: increíblemente paranoico!!... Y como la cereza en la torta : el ensayo de misiles interoceánicos!!..
Que inspirados en MARÍA VIRGEN Y MADRE, seamos sensibles y al mismo tiempo fuertes, para poder contribuir a la paz de nuestro mundo.
Permanezcamos firmes en la Cruz de nuestro mundo, en ese dolor sin sentido, provocado por el mismo ser humano. Que la ORACIÓN y la ACCIÓN nos lleven a llevar el "vino de la alegría"...tal como lo hizo ELLA en las Bodas de Caná...a cada una de nuestras realidades, a nuestro mundo....
Que su FORTALEZA y ALEGRÍA...sean siempre en cada uno de nosotros...
Meditemos el Evangelio de san Juan, que nos cuenta, como MARÍA, supo permanecer firme a los pies de su Hijo CRUCIFICADO por el mundo, por nuestro mundo... :
26 Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien el amaba, Jesús le dijo: «Mujer, aquí tienes a tu hijo».
27 Luego dijo al discípulo: «Aquí tienes a tu madre». Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa.
28 Después, sabiendo que ya todo estaba cumplido, y para que la Escritura se cumpliera hasta el final, Jesús dijo: Tengo sed.
29 Había allí un recipiente lleno de vinagre; empaparon en él una esponja, la ataron a una rama de hisopo y se la acercaron a la boca.
30 Después de beber el vinagre, dijo Jesús: «Todo se ha cumplido». E inclinando la cabeza, entregó su espíritu.
31 Era el día de la Preparación de la Pascua. Los judíos pidieron a Pilato que hiciera quebrar las piernas de los crucificados y mandara retirar sus cuerpos, para que no quedaran en la cruz durante el sábado, porque ese sábado era muy solemne.
32 Los soldados fueron y quebraron las piernas a los dos que habían sido crucificados con Jesús.
33 Cuando llegaron a él, al ver que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas,
34 sino que uno de los soldados le atravesó el costado con la lanza, y en seguida brotó sangre y agua.
35 El que vio esto lo atestigua: su testimonio es verdadero y él sabe que dice la verdad, para que también ustedes crean.
36 Esto sucedió para que se cumpliera la Escritura que dice: "No le quebrarán ninguno de sus huesos".
37 Y otro pasaje de la Escritura, dice: "Verán al que ellos mismos traspasaron".
38 Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús –pero secretamente, por temor a los judíos– pidió autorización a Pilato para retirar el cuerpo de Jesús. Pilato se la concedió, y él fue a retirarlo.
39 Fue también Nicodemo, el mismo que anteriormente había ido a verlo de noche, y trajo una mezcla de mirra y áloe, que pesaba unos treinta kilos.
40 Tomaron entonces el cuerpo de Jesús y lo envolvieron con vendas, agregándole la mezcla de perfumes, según la costumbre de sepultar que tienen los judíos.
41 En el lugar donde lo crucificaron había una huerta y en ella, una tumba nueva, en la que todavía nadie había sido sepultado.
42 Como era para los judíos el día de la Preparación y el sepulcro estaba cerca, pusieron allí a Jesús.
1. AL PIE DE LACRUZ
Joaquín Madurga
2. MADRE DE LOS CREYENTES
Francisco Palazón
/tu conoces nuestras penas,
penas de un pueblo que sufre,
penas de un pueblo que sufre. (2)
1. Dolor de los cuerpos que sufren enfermos,
el hambre de gentes que no tienen pan,
silencio de aquellos que callan por miedo,
la pena del triste que está en soledad.
tragedia de niños que ignoran reir,
la burda comedia de huecas promesas,
la farsa de muertos que deben vivir.
cansancio de brazos que luchan sin fin,
cerebros lavados a base de slogans,
el rictus amargo del pobre infeliz
la cruz del soldado que mata el amor,
pobreza de muchos sin libro en las manos,
derechos del hombre truncados en flor.
Juxta crucem lacrymosa,
Dum pendebat Filius.
Cujus animam gementem,
Contristatam et dolentem,
Pertransivit gladius.
O quam tristis et afflicta
Fuit illa benedicta
Mater Unigeniti!
Quae moerebat et dolebat,
Pia Mater, dum videbat
Nati poenas incliti.
Quis est homo, qui non fleret,
Matrem Christi si videret
In tanto supplicio?
Quis non posset contristari,
Christi Matrem contemplari
Dolentem cum Filio?
Pro peccatis suae gentis
Vidit Jesum in tormentis,
Et flagellis subditum.
Vidit suum dulcem natum
Moriendo desolatum
Dum emisit spiritum
Eja Mater, fons amoris,
Me sentire vim doloris
Fac, ut tecum lugeam
Fac, ut ardeat cor meum
In amando Christum Deum
Ut sibi complaceam.
Sancta Mater, istud agas,
Crucifixi fige plagas
Cordi meo valide.
Tui nati vulnerati,
Tam dignati pro me pati,
Poenas mecum divide.
Fac me tecum, pie, flere,
Crucifixo condolere,
Donec ego vixero.
Juxta crucem tecum stare,
Et me tibi sociare
In planctu desidero
Virgo virginum praeclara,
Mihi jam non sis amara
Fac me tecum plangere
Fac, ut portem Christi mortem,
Passionis fac consortem,
Et plagas recolere.
Fac me plagis vulnerari,
Fac me cruce inebriari,
Et cruore Filii.
Flammis ne urrar succensus
Per Te, Virgo, sim defensus
In die judicii.
Christe, cum sit hinc exire,
Da per Matrem me venire
Ad palmam victoriae.
Quando corpus morietur,
Fac, ut animae donetur
Paradisi gloria. Amen.
Dolida estaba la Madre
llorando junto a la cruz
mientras el Hijo colgaba.
Y a su alma, que gemía,
contristada y dolorida
una espada atravesó.
¡Oh qué triste y afligida
estuvo aquella bendita
Madre del Unigénito!.
Dolorosa y triste estaba
la piadosa Madre, mientras veía
los tormentos de su ilustre Hijo.
¿Qué hombre no lloraría,
viendo a la Madre de Cristo
en semejante suplicio?
¿Quién no apenarse podría,
al ver de Cristo a la Madre
padeciendo con su hijo?
A causa de los pecados de su pueblo
ha visto a Jesús en el tormento,
y sometido al flagelo.
Ha visto a su dulce Hijo
muriendo abandonado,
exhalando su último suspiro.
¡Ea, Madre, fontana del amor!
Hazme sentir de tu dolor
para que llore contigo.
Haz arder mi corazón
en amor a Cristo Dios
para que así le complazca.
Santa Madre, haz también:
que en mi corazón las llagas
del Crucificado se graben.
De tu Hijo lacerado,
que tanto se dignó sufrir por mí,
comparte conmigo las penas.
Haz que yo contigo llore,
y de Cristo me conduela,
mientras mi vida durare.
Estar junto a ti cabe la cruz,
participar de tu llanto:
eso es lo que deseo.
Virgen de vírgenes, pura,
no seas conmigo desabrida
y haz que yo contigo llore.
Hazme portar la muerte de Cristo,
hazme de la pasión partícipe,
y que venere sus llagas.
Haz que sus heridas me laceren,
haz que me embriaguen la cruz ,
y la sangre de tu Hijo.
Para no arder consumido por las llamas,
véame por ti, ¡oh Virgen!, defendido
en el día del Juicio.
¡Oh Cristo! Cuando de aquí deba partir
concédeme alcanzar
- por medio de tu Madre -
Cuando se muera mi cuerpo,
haz que sea entregada mi alma
a la gloria del Paraíso. Amén.
Y entre tanto llanto
Parece mentira
Que te hayan clavado
Que seas el pequeño
Al que he acunado
Y que se dormía
Tan pronto en mis brazos
El que se reía
Al mirar el cielo
Y cuando rezaba
Se ponía serio
Sobre este madero
Veo aquel pequeño
Que entre los doctores
Hablaba en el templo
Que cuando pregunté
Respondió con calma
Que de los asuntos
De Dios se encargaba
Ese mismo niño
El que está en la cruz
El rey de los hombres
Se llama Jesús
Ese mismo hombre
Ya no era un niño
Cuando en esa boda
Le pedí más vino
Que dio de comer
A un millar de gente
Y a pobres y enfermos
Los miró de frente
Río con aquellos
A quienes más quiso
Y lloró en silencio
Al morir su amigo
Ya cae la tarde
Se nublan los cielos
Pronto volverás
A tu Padre Eterno
Duérmete pequeño
Duérmete mi niño
Que yo te he entregado
Todo mi cariño
Como en Nazareth
Aquella mañana
He aquí tu sierva
He aquí tu esclava
6. JUNTO A LA CRUZ
junto al Señor estás tú,
lloran tus ojos de Madre,
lloran mirando a la cruz.
Pero tú, junto a la cruz,
olvidas el dolor
y nos das en tu mirar
la fuerza del amor.
Virgen que sufres y lloras
junto a la cruz tu dolor,
dime si ves a los hombres
o sólo ves al Señor.
Ves el dolor de los hombres,
hombres clavados en cruz,
hombres que miran al cielo,
hombres sedientos de luz.
Virgen que sufres y lloras,
junto a la cruz tu dolor,
sufres por ver a los hombres
no porque muere el Señor.
io vorrei tanto ascoltare da te
quando hai udito che tu
e questo Figlio che non aspettavi
tu gli hai spiegato che cosa s
e quante volte anche tu, di nascosto,
quando sentivi che presto
Ave Maria…
io benedico il coraggio di
ora capisco che fin da
per ogni Figlio dell’uomo
Ave Maria…
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