JESÚS, el BUEN PASTOR !!... (dar click!).

JESÚS, el BUEN PASTOR !!... (dar click!).
JESÚS, el BUEN PASTOR !!... (dar click!).

SANTO PADRE :

SANTO PADRE :
SANTO PADRE : ORAMOS POR TI !!....

lunedì 16 settembre 2024

HILDEGARDA DE BINGEN I . Benedícto XVI (17 septiembre)



Queridos hermanos,

Hildegarda, es una de mis santas favoritas!!!...

su capacidad resolutiva es lo que me fascina. Lo que es de Dios, sus planes siempre se darán frente a cualquier obstáculo que se pueda presentar. 

Ella, con una salud delicada pudo desarrollar todos los dones que le confirió nuestro Dios. Con su tesón espiritual embelleció y fortaleció nuestra Iglesia en sus muchas facetas: mística, ascética, musical, medicinal, teológica y moral.

Les invito a que descubran su lucha por la santidad de su tiempo...que no difiere mucho de los nuestros. La lucha continúa y vidas como la de ella y de tantos grandes santos nos animan a caminar ilusionadamente por construir y aportar con minúsculos granos de arena, santidad y anhelos de Cielo a nuestros tiempos y a las nuevas generaciones...en este mundo asediado por una cultura woke y enajenada de todo sentido humano.

A continuación les dejo un texto sobre ella, de nuestro amado y recordado "Papa profesor", Benedícto XVI...que lo disfruten!!!...





BENEDICTO XVI

AUDIENCIA GENERAL

Palacio Apostólico de Castelgandolfo

Miércoles 1 de septiembre de 2010



 

Santa Hildegarda de Bingen. 1


Queridos hermanos y hermanas:

En 1988, con ocasión del Año mariano, el venerable Juan Pablo II escribió una carta apostólica titulada Mulieris dignitatem, en la que trata sobre el valioso papel que las mujeres han desempeñado y desempeñan en la vida de la Iglesia. 


  • Carta Apostólica Mulieris dignitatem. 

     SAN JUAN PABLO II :



  • Lettera apostolica Mulieris dignitatem. 

     SAN GIOVANNI PAOLO II :





«La Iglesia —se lee en el documento— expresa su agradecimiento por todas las manifestaciones del "genio" femenino aparecidas a lo largo de la historia, en medio de los pueblos y de las naciones; da gracias por todos los carismas que el Espíritu Santo otorga a las mujeres en la historia del pueblo de Dios, por todas las victorias que debe a su fe, esperanza y caridad; manifiesta su gratitud por todos los frutos de santidad femenina» (n. 31).




También en aquellos siglos de la historia que habitualmente llamamos Edad Media, muchas figuras femeninas destacaron por su santidad de vida y por la riqueza de su enseñanza. Hoy quiero comenzar a presentaros a una de ellas: santa Hildegarda de Bingen, que vivió en Alemania en el siglo XII. Nació en 1098 en Renania, en Bermersheim, cerca de Alzey, y murió en 1179, a la edad de 81 años, pese a la continua fragilidad de su salud. 




Hildegarda pertenecía a una familia noble y numerosa; y desde su nacimiento sus padres la dedicaron al servicio de Dios. A los ocho años, a fin de que recibiera una adecuada formación humana y cristiana, fue encomendada a los cuidados de la maestra Judith de Spanheim, que se había retirado en clausura al monasterio benedictino de san Disibodo. 




Se fue formando un pequeño monasterio femenino de clausura, que seguía la regla de san Benito. Hildegarda recibió el velo de manos del obispo Otón de Bamberg y, en 1136, cuando murió la madre Judith, que era la superiora de la comunidad, las hermanas la llamaron a sucederla. 




Desempeñó esta tarea sacando fruto de sus dotes de mujer culta, espiritualmente elevada y capaz de afrontar con competencia los aspectos organizativos de la vida claustral. Algunos años más tarde, también a causa del número creciente de las jóvenes que llamaban a las puertas del monasterio, Hildegarda fundó otra comunidad en Bingen, dedicada a san Ruperto, donde pasó el resto de su vida. 




Su manera de ejercer el ministerio de la autoridad es ejemplar para toda comunidad religiosa: suscitaba una santa emulación en la práctica del bien, tanto que, como muestran algunos testimonios de la época, la madre y las hijas competían en amarse y en servirse mutuamente.




Ya en los años en que era superiora del monasterio de san Disibodo, Hildegarda había comenzado a dictar las visiones místicas, que recibía desde hacía tiempo, a su consejero espiritual, el monje Volmar, y a su secretaria, una hermana a la que quería mucho, Richardis de Strade. 





Como sucede siempre en la vida de los verdaderos místicos, también Hildegarda quiso someterse a la autoridad de personas sabias para discernir el origen de sus visiones, temiendo que fueran fruto de imaginaciones y que no vinieran de Dios. 





Por eso se dirigió a la persona que en su tiempo gozaba de la máxima estima en la Iglesia: san Bernardo de Claraval, del cual ya hablé en algunas catequesis. Este tranquilizó y alentó a Hildegarda. Y en 1147 recibió otra aprobación importantísima. El Papa Eugenio III, que presidía un sínodo en Tréveris, leyó un texto dictado por Hildegarda, que le había presentado el arzobispo Enrique de Maguncia. El Papa autorizó a la mística a escribir sus visiones y a hablar en público. 



Desde aquel momento el prestigio espiritual de Hildegarda creció cada vez más, tanto es así que sus contemporáneos le atribuyeron el título de «profetisa teutónica». Este, queridos amigos, es el sello de una experiencia auténtica del Espíritu Santo, fuente de todo carisma: la persona depositaria de dones sobrenaturales nunca presume de ellos, no los ostenta y, sobre todo, muestra una obediencia total a la autoridad eclesial. 




En efecto, todo don que distribuye el Espíritu Santo está destinado a la edificación de la Iglesia, y la Iglesia, a través de sus pastores, reconoce su autenticidad.





El próximo miércoles volveré a hablar de esta gran mujer «profetisa», que también hoy nos habla con gran actualidad, con su valiente capacidad de discernir los signos de los tiempos, con su amor por la creación, su medicina, su poesía, su música —que hoy se reconstruye—, su amor a Cristo y a su Iglesia, que sufría también en aquel tiempo, herida también en aquel tiempo por los pecados de los sacerdotes y de los laicos, y mucho más amada como cuerpo de Cristo. 




Así santa Hildegarda nos habla a nosotros; lo comentaremos de nuevo el próximo miércoles. Gracias por vuestra atención.




Queridos jóvenes, que estos días de convivencia, oración y estudio os sirvan para encontraros personalmente con el Señor y escuchar su Palabra. No quedaréis defraudados, pues Él tiene para todos designios de amor y salvación. El Papa está a vuestro lado y os reitera su confianza, a la vez que pide a Dios que os asista para que, siendo auténticos discípulos de Jesucristo, viváis los valores del Evangelio, los transmitáis con valentía a los que os rodean y os inspiréis en ellos para construir un mundo más justo y reconciliado. Vale la pena entregarse a esta hermosa misión.


Que la Virgen María os acompañe en vuestro caminar y os recuerde siempre que no hay mayor felicidad que ser amigo de Cristo. Que os sea también de ayuda la Bendición Apostólica que os imparto con afecto. Muchas gracias.



FUENTE : La Santa Sede (Several languages)



NOTA: Si gustas puedes visitar el sgte. link...


HILDEGARDA DE BINGEN II . Benedícto XVI


- MÍSTICA CRISTIANA. HILDEGARD VON BINGEN. (OSB). 1098-1179. Alemania. Fiesta litúrgica 17 septiembre


y un FILM sobre la gran santa Hildegarda :










SAN JOSÉ, Custus virginum,

ruega por nosotros y protege a nuestra Iglesia!!!...






Nessun commento:

Posta un commento